jueves, 31 de enero de 2019

Los beneficios de las semillas

Las semillas son un alimento tradicional, evolutivamente hablando, ya consumido por nuestros ancestros primitivos hace decenas de miles de años.
Pipas de calabaza y de girasol, chía, sésamo, lino, amapola... todas son beneficiosas y son interesantes en nuestra alimentación por sus nutrientes, en su mayoría necesarios para el óptimo mantenimiento de nuestra salud en general.
Destacan por su alto contenido en fibra que contribuye a la salud intestinal, control de las glucemias y a prevenir enfermedades crónicas. Asimismo, aportan abundantes grasas saludables y preciados micronutrientes.
Las grasas que contienen casi todas ellas son ácidos grasos mono y poliinsaturados que ayudan a reducir el colesterol malo y elevar el colesterol bueno en sangre. Así, las semillas son alimentos óptimos por su gran aporte de los famosos ácidos grasos del grupo Omega 3 (EPA y DHA, también presentes en el pescado azul, aguacate, nueces, etc).
Los micronutrientes abarcan al potasio, magnesio, hierro, zinc, selenio, calcio y fósforo, así como ácido fólico, vitamina A, vitaminas del complejo B, vitamina C, vitamina E (poder antioxidante).
¿Y cómo consumirlas? Lo ideal es en estado crudo y sin salar. El proceso de tostado, y la sal, pueden hacerlas más deliciosas, pero pueden perder alguna de sus propiedades básicas; por otro lado, podrían ayudar a disminuir alguno de sus antinutrientes, mejorando su digestibilidad (como en las legumbres); o sea, las hacen más fácil de digerir. El remojado durante unos minutos también puede ayudar a este fin, sobre todo en las semillas de chía; así como el triturado...
Podemos utilizarlas de diversas formas: incorporadas a las ensaladas, mezcladas con yogurt o kéfir, añadidas a cualquier plato de carne o pescado, como toque crujiente final, en postres variados...

viernes, 25 de enero de 2019

El consumo de bebidas azucaradas se asocia al incremento de la incidencia de cáncer de mama en la postmenopausia

Según el artículo (más abajo) recientemente publicado en la revista European Journal of Nutrition, el consumo de bebidas azucaradas se asocia a una mayor incidencia del cáncer de mama en mujeres postmenopáusicas. Esto no significa que sea un factor causal, pero existe una asociación significativa: el estudio concluye que la muestra debería ser más amplia, y con diseño del estudio diferente para poder confirmar el efecto causal. En cualquier caso, y hasta que se aclare definitivamente, debería aconsejarse un uso más restringido de las bebidas azucaradas, por su efecto nocivo sobre el incremento de peso y la resistencia a la insulina.

El consumo de bebidas azucaradas y la incidencia de cáncer de mama: el proyecto Seguimiento Universidad de Navarra (SUN).
Romanos-Nanclares A, Toledo E, Gardeazabal I, Jiménez-Moleón JJ, Martínez-González MA, Gea A. Eur J Nutr. 2018, 3 de octubre.
Resumen
OBJETIVOS: La incidencia del cáncer de mama (BC) está aumentando en todo el mundo. Una mayor resistencia a la insulina puede potencialmente conducir a un mayor riesgo de BC. Las bebidas azucaradas (SSB) son un factor dietético reconocido que aumenta la resistencia a la insulina. Sin embargo, la asociación entre SSB y BC no ha sido ampliamente analizada. Evaluamos la asociación entre el consumo basal de SSB y la incidencia de AC entre mujeres relativamente jóvenes en una cohorte de graduados universitarios españoles.
MÉTODOS: Se reclutó a 10.713 graduadas universitarias españolas de mediana edad (mediana de edad 33) de la cohorte de la Universidad de Navarra (SUN), inicialmente libre de AC. El consumo de SSB se recolectó al inicio utilizando un cuestionario semicuantitativo de frecuencia de alimentos de 136 ítems validado. La incidencia de BC fue confirmada por un oncólogo capacitado que utiliza registros médicos. Ajustamos los modelos de regresión de Cox para evaluar la relación entre las categorías de referencia del consumo de SSB y la incidencia de BC durante el seguimiento. Se estratificaron los análisis por estado menopáusico.
RESULTADOS: Durante 106,189 personas-año (incidencia) de seguimiento, se confirmaron 100 casos de BC. Entre las mujeres posmenopáusicas, el consumo regular de SSB se asoció con una incidencia significativamente mayor de BC (HR 2.12; IC del 95% 1.02, 4.41) en el modelo totalmente ajustado, en comparación con las mujeres que nunca o rara vez consumían SSB. No se encontró asociación entre las mujeres premenopáusicas (HR 1.16; IC del 95%: 0.66 a 2.07).
CONCLUSIONES: Aunque el número de casos fue pequeño, en esta cohorte mediterránea, observamos una asociación directa entre el consumo de SSB y el riesgo de BC entre las mujeres posmenopáusicas. No obstante, se necesitan estudios longitudinales más amplios para apoyar esta asociación.

Tópico a desmontar: el colesterol dietético aumenta el colesterol en sangre

Hace años, se afirmaba la relación entre el consumo de alimentos altos en colesterol y el medido en sangre, alertando sobre sus efectos card...