domingo, 25 de julio de 2021

Riesgo cardiovascular y mortalidad global en relación a consumo de carne y pescado


Una alimentación sana debe ser variada, incluyendo alimentos beneficiosos para la salud, pero también debe evitar alimientos contraproducentes.

Múltiples investigaciones tratan de aclarar la relación entre el consumo de carne y pescado con la salud cardiovascular y mortalidad en general. Al hilo de dicha cuestión, se expone el siguiente artículo:

Zhong VW, Van Horn L,Greenland P, et al. Asociaciones de carne procesada, carne roja sin procesar, aves de corral o ingesta de pescado con enfermedades cardiovasculares y mortalidad por todas las causas. JAMA Intern Med. 2020;180(4):503-512. https://jamanetwork.com/journals/jamainternalmedicine/fullarticle/2759737

ABSTRACT

Aunque se han establecido las asociaciones entre la ingesta de carne procesada y las enfermedades cardiovasculares (ECV) y la mortalidad por todas las causas, las asociaciones del consumo de carne roja, aves de corral o pescado sin procesar con las ECV y la mortalidad por todas las causas siguen siendo inciertas.

Objetivo. Identificar las asociaciones de la ingesta de carne procesada, carne roja no procesada, aves de corral o pescado con ecv incidente y mortalidad por todas las causas.

Material y métodos. Este estudio de cohorte analizó datos a nivel individual de participantes adultos en 6 estudios de cohortes prospectivos en los Estados Unidos. Los datos de la dieta de la línea de fondo a partir de 1985 a 2002 fueron recogidos. Los participantes fueron seguidos hasta el 31 de agosto de 2016. Los análisis de datos se realizaron del 25 de marzo de 2019 al 17 de noviembre de 2019. Cociente de riesgos (FC) y diferencia de riesgo absoluta (ARD) a 30 años para la incidencia de Enfermedades Cardiovasculares (ECV): enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y muertes por, así como mortalidad por todas las causas, según cada ingesta adicional de 2 porciones por semana para dichas asociaciones.

Resultados. Entre los 29 682 participantes (edad media [DE] al inicio del estudio, 53,7 [15,7] años; 13 168 [44,4%] hombres; y 9101 [30,7%] autoidentificados como no blancos), 6963 eventos de ECV incidentes y 8875 muertes por todas las causas se adjudicaron durante un seguimiento mediano (rango intercuartílico) de 19,0 (14,1-23,7) años. Las asociaciones de la carne procesada, de la carne roja sin procesar, de las aves de corral, o de la toma de pescado con el CVD del incidente y de la mortalidad por todas causas eran monotónicas(P para la no linealidad ≥ .25), a excepción de la asociación entre la toma procesada de la carne y el CVD del incidente(P para la no linealidad = .006). La ingesta de carne procesada (FC ajustada, 1,07 [IC del 95%, 1,04-1,11]; ARD ajustada, 1,74% [IC del 95%, 0,85%-2,63%]), carne roja sin procesar (FC ajustada, 1,03 [IC del 95%, 1,01-1,06]; ARD ajustada, 0,62% [IC del 95%, 0,07%-1,16%]) o aves de corral (FC ajustada, 1,04 [IC del 95%, 1,01-1,06]; ARD ajustada, 1,03% [IC del 95%, 0,36%-1,70%]) se asoció significativamente con la ECV incidente. La toma de pescado no fue asociada perceptiblemente al CVD del incidente (hora ajustada, 1,00 [ci del 95%, 0.98-1.02]; ARD ajustado, 0,12% [ci del 95%, −0,40% a 0,65%]). La ingesta de carne procesada (FC ajustada, 1,03 [IC del 95%, 1,02-1,05]; ARD ajustada, 0,90% [IC del 95%, 0,43%-1,38%]) o carne roja sin procesar (FC ajustada, 1,03 [IC del 95%, 1,01-1,05]; ARD ajustada, 0,76% [IC del 95%, 0,19%-1,33%]) se asoció significativamente con la mortalidad por todas las causas. La ingesta de aves de corral (FC ajustada, IC 0,99 [IC 95%, 0,97-1,02]; ARD ajustada, −0,28% [IC 95%, −1,00% a 0,44%]) o peces (FC ajustada, 0,99 [IC 95%, 0,97-1,01]; ARD ajustada, −0,34% [IC 95%, −0,88% a 0,20%]) no se asoció significativamente con la mortalidad por todas las causas.

Conclusiones y relevancia. Estos hallazgos sugieren que, entre los adultos estadounidenses, una mayor ingesta de carne procesada, carne roja sin procesar o aves de corral, pero no de pescado, se asoció significativamente con un pequeño mayor riesgo de incidencia de ECV, mientras que una mayor ingesta de carne procesada o carne roja sin procesar, pero no de aves de corral o pescado, se asoció significativamente con un pequeño mayor riesgo de mortalidad por todas las causas. Estos hallazgos tienen implicaciones importantes para la salud pública y deben justificar nuevas investigaciones.

miércoles, 7 de julio de 2021

Propiedades nutricionales y beneficios de la sandía y el melón

La temporada de melones y sandías en España tiene lugar durante los meses de verano, es decir, entre los meses de junio y septiembre, aunque a veces también en mayo (sandía) y hasta octubre (melón).

Entre sus múltiples propiedades saludables, hay que destacar el hecho de que ambas frutas, sobre todo las sandía, son de los que más cantidad de agua contienen (casi el 90-95%), por lo que son perfectos para mantenerse hidratados durante los meses más calurosos del año.

La sandía también contiene potasio, magnesio, zinc, folatos, betacarotenos (que luego se transformarán en vitamina A), vitamina B6 y C. Asimismo, presenta flavonoides, triterpenoides y licopenos: en concreto, la cantidad de estos antioxidantes naturales aumenta cuanto más madura está la sandía, así que es preferible comerla bien madura para aprovechar al máximo sus propiedades. Además, contiene citrulina, que se transforma en arginina: estos aminoácidos ayudan a mantener la elasticidad de las arterias y los vasos sanguíneos, favoreciendo el flujo sanguíneo y contribuyendo a una correcta función cardiovascular. La citrulina, además, ayuda a reducir la acumulación de grasa en nuestros adipocitos, ayudando a regular el peso corporal.

El melón, además de agua, contiene similar cantidad de carbohidratos que la sandía, pero más fibra. Entre las propiedades del melón están que, al igual que la sandía, es rico en minerales (potasio, magnesio, fósforo; y algo de calcio y hierro). así como vitaminas A, B, C y folatos; también contiene betacarotenos naturales, aunque en menor proporción que la sandía.

En definitiva, ambas frutas son óptimas en la prevención de enfermedades cardiovasculares, osteoarticulares y metabólicas, en general.

Tópico a desmontar: el colesterol dietético aumenta el colesterol en sangre

Hace años, se afirmaba la relación entre el consumo de alimentos altos en colesterol y el medido en sangre, alertando sobre sus efectos card...