domingo, 24 de abril de 2022

Los ácidos grasos omega 3 previenen el deterioro cognitivo y reducen las tasas de depresión

Los omega 3 (EPA y DHA) son un grupo de ácidos grasos polinsaturados de cadena larga, que se encuentran en alta proporción en el pescado azul y ciertos mariscos, así como en algunas fuentes vegetales, tales como las nueces, el aceite de soja y de canola, las semillas de lino y chía (y sus aceites).

Anteriormente he tratado el blog sobre los beneficios para la salud de los ácidos grasos omega 3 (https://efecorpore.blogspot.com/search?q=omega+3), en concreto la disminución de la incidencia de las enfermedades cardiovasculares, su relación con la obesidad, la artrosis, o la artritis reumatoide. Pero no sólo estos ácidos grasos polinsaturados omega 3 son especialmente beneficiosos para el organismo en general, previniendo y mejorando dichas patologías, sino también en particular para las salud del sistema nervioso. Por un lado, dietas ricas en omega 3 previenen el deterioro cognitivo, mientras que su baja ingesta lo aumenta. Y exactamente lo mismo ocurre con trastornos depresivos: ingestas bajas en omega 3 se correlacionan con cuadros depresivos.

En una revisión sistemática de 2022, realizada por investigadores de la Universidad de Leeds (Reino Unido), y publicada en el European Journal of Nutrition (https://link.springer.com/article/10.1007/s00394-021-02655-4), los ácidos grasos omega 3 se correlacionaron con mejoras cognitivas, reduciendo la incidencia de enfermedad de Alzheimer de forma significativa. En esta revisión, que comprende hasta 33 estudios observacionales y ensayos clínicos, se observa que los ácidos grasos omega 3 (EPA y DHA), tanto de la dieta como de forma suplementaria, tienen un efecto protector contra el deterioro cognitivo. El mecanismo fisiopatogénico de estos omega 3 estaría relacionado con una mejora de la plasticidad sináptica y la fluidez de la membrana neuronal, una disminución de la neuroinflamación, así como cambios en la expresión de genes relacionados con el deterioro cognitivo. Los efectos protectores de los ácidos grasos omega 3 sobre la función cognitiva y la reducción del riesgo de enfermedad de Alzheimer fueron evidentes en muchos de estos estudios, siendo que en algunos ensayos clínicos se sugiere un efecto más pronunciado en individuos con deterioro cognitivo temprano y leve.

En otro estudio publicado en la revista Molecular Psychiatry en 2021, también de autoría británica, se explora la relevancia del papel de los ácidos grasos omega 3 sobre la mejora de la neurogénesis y su implicación en la reducción de las tasas de depresión mayor (https://www.nature.com/articles/s41380-021-01160-8). Se trata de un ensayo clínico controlado y aleatorizado en el que se realiza una investigación clínica e in vitro para probar qué metabolitos de los omega 3 están involucrados en los efectos antinflamatorios, neuroprotectores y antidepresivos. Los ácidos grasos omega 3 (EPA y DHA) y sus metabolitos previenen la reducción de la neurogénesis inducida por citoquinas y el aumento de la apoptosis o muerte celular. Dicho de otra forma, estos omega 3 disminuyen la neuroinflamación, estimulando el crecimiento y vitalidad de las neuronas del sistema nervioso central. Por último, el aumento de los niveles de mediadores lipídicos LOX y CYP450 en pacientes deprimidos que recibieron en este ensayo suplementos de omega 3, se correlacionó con una reducción en la sintomatología depresiva; dicho de otro modo: ciertos metabolitos derivados de los ácidos grasos omega 3 tuvieron un efecto antidepresivo.

martes, 12 de abril de 2022

La osteocalcina: una hormona ósea que afecta a nuestro cerebro

Sabemos hace tiempo sobre la importancia fisiológica, no sólo estructural y pasiva, de los 206 huesos que conforman el esqueleto humano. El hueso también posee otras funciones, como la endocrinometabólica, regulando la secreción de diferentes sustancias hormonales que participan en la homeostasis de la glucosa (regula la insulina), la capacidad de ejercicio, la reserva grasa, la fertilidad masculina, la prevención del cáncer, y más recientemente se ha visto su papel en el desarrollo cerebral y la cognición humana.

Un artículo publicado en la revista de acceso abierto "Frontiers" (https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fendo.2018.00794/full), proporciona una visión general actualizada de las funciones de la osteocalcina, una auténtica hormona generada por el hueso. Clásicamente se atribuye a dicha osteocalcina la capacidad de estimular la mineralización ósea por los osteoblastos, mejorando el proceso de crecimiento y recambio óseo.

El citado artículo abarca diferentes trabajos de investigación básica previa en los que se encontró que la osteocalcina regula el normal desarrollo y función del cerebro. Algunos de estos ensayos apuntaban a que ratones deficientes en osteocalcina eran más pasivos y sufrían de mayor ansiedad y disminución de la memoria en comparación con ratones sin dicho déficit. También, anatómicamente, se demostró que el cerebro, especialmente el hipocampo, una parte del lóbulo temporal implicada en la gestión de la memoria, el aprendizaje y las emociones, era más pequeño y menos desarrollado en modelos de ratones con déficit de osteocalcina. Asimismo, en otros estudios se ha descrito que la osteocalcina regula la síntesis de neurotransmisores en el sistema nervioso central, como la dopamina, la serotonina o la noradrenalina. Los autores elucubran con la siguiente afirmación teórica: "Teniendo en cuenta el hecho de que la sociedad occidental está envejeciendo de manera desproporcionada y un número creciente de personas sufren de deterioro cognitivo, la osteocalcina puede ser un agente terapéutico prometedor y novedoso para aliviar estos síntomas". 

Concluyendo: ya desde hace tiempo se conoce que el mejor estímulo para la producción de osteocalcina endógena es... el ejercicio! Ergo, se puede asumir que probablemente la realización de ejercicio físico, que estimula la producción de osteocalcina en nuestro sistema óseo, induce un óptimo desarrollo cerebral y sus funciones cognitivas y emocionales.

Tópico a desmontar: el colesterol dietético aumenta el colesterol en sangre

Hace años, se afirmaba la relación entre el consumo de alimentos altos en colesterol y el medido en sangre, alertando sobre sus efectos card...