domingo, 30 de enero de 2022

Relación entre ingesta proteica y sarcopenia en mujeres postmenopáusicas

La baja ingesta proteica se relaciona con un deterioro de la masa muscular (sarcopenia), la fuerza y el rendimiento físico, que afecta particularmente a las personas mayores, debido a la progresiva pérdida de hormonas anabólicas en estadios avanzados de la vida.

Ahondando en el concepto de relación entre la ingesta de proteínas y la tendencia a la sarcopenia muscular en adultos mayores, he encontrado un reciente artículo, que trata sobre el tema. En su publicación en diciembre de 2021, en la revista Nutrición Hospitalaria  (https://acortar.link/W7F69k), un grupo de investigadores valencianos analizan parámetros nutricionales y de actividad física en más de 160 mujeres mayores de 65 años. Aunque en general la mayoría de mujeres de la muestra consumían suficientes proteínas (según recomendaciones de la FAO/OMS: lo normal al menos ≥ 0,8 g/kg/día), más de un 26% de la muestra presentaban una ingesta de proteínas inferior a lo deseable, siendo un porcentaje similar las mujeres que presentaban algún grado de sarcopenia muscular.

En el análisis correlacional del estudio se encontraron relaciones significativas entre el consumo de proteína y la prevalencia de la sarcopenia (y obesidad sarcopénica): menos ingesta proteica se asoció a más pérdida de fibras musculares, con disminución de masa y fuerza muscular global.

En la discusión del artículo los autores expresan que, aunque el rendimiento físico de las mujeres no mostró diferencias significativas relacionadas con el consumo proteico, al contrario de lo que cabría esperar en relación con la literatura revisada, se observó un peor rendimiento en algunos de los tests de ejercicio físico en el grupo que consumía una cantidad menor de proteína. También añaden que, coincidiendo con otros investigadores, habría que considerar la necesidad de reevaluar las recomendaciones de ingesta de proteínas para los seres humanos adultos, para aproximarlas a valores cercanos a 1g/kg/día.

martes, 25 de enero de 2022

Propiedades nutricionales y beneficios de las nueces

Anteriormente he tratado en el post las propiedades nutricionales y beneficios de los frutos secos y semillas, incluyendo a las nueces (https://efecorpore.blogspot.com/search?q=nueces), pero quería realizar una alusión específica a las mismas.

Las nueces fueron empezadas a ser cultivadas por la civilización mesopotámica hace unos 7000 años. Entre sus variedades se encuentran la nuez de California (o inglesa), y la española o nuez común, de sabor más intenso. De diferente textura son la nuez de Macadamia, originaria de Australia (la más cara y exquisita), la nuez pecana americana, más dulce y de mayor aroma, y las nueces de cedro (originarias de Rusia) o de Brasil; el anacardo sería un tipo de nuez, procedente de la India. La mayor parte de los 1,2 millones de toneladas anuales de nueces se recogen en China.

Es un alimento muy nutritivo y energético, siendo paradójicamente adecuado en dietas para bajar de peso, por su capacidad para sustituir otros alimentos y su poder saciante. Además, las nueces aumentan los niveles de serotonina, la cual reduce la sensación de hambre y nos hace sentir de mejor humor. El fruto del nogal es el fruto seco con más antioxidantes, aportando numerosos minerales como potasio, calcio, zinc, magnesio, hierro y fósforo.

Destaca por su contenido en vitaminas del grupo B, como la vitamina B1 o tiamina y la B6 o piridoxina, que favorecen el buen funcionamiento del sistema nervioso y muscular.

El 90% de las grasas que contiene son insaturadas, conteniendo ácidos grasos poliinsaturados, como los famosos omega-3, que ejercen un poder cardioprotector: con una ración de 25 g de nueces cubriríamos la dosis diaria recomendada de omega-3 (ALA - ácido alfalinolénico). Según estudios de investigación hacen que disminuya un 30% el riesgo de accidentes coronarios y relacionados con la hipertensión, ayudando a regular los niveles de LDL-colesterol y triglicéridos.

Finalmente, favorecen el buen estado de la microbiota intestinal, ayudando al buen funcionamiento del sistema digestivo; por la cantidad de fibra que contienen evitan el estreñimiento crónico.

sábado, 8 de enero de 2022

El envejecimiento saludable se asocia a hábitos de dieta y ejercicio adecuados

En la revista Nutrients en 2021 (Nutrients. 2021 Jun 15;13(6):2045) ha aparecido un interesante y completo artículo de revisión (https://www.mdpi.com/2072-6643/13/6/2045/htm), desarrollado por un grupo de investigadores europeos, en relación a hábitos de vida, de nutrición y ejercicio físico, que fomentan un envejecimiento saludable.

Vivir más tiempo se asocia con un mayor riesgo de enfermedades crónicas, incluidas las deficiencias del sistema musculoesquelético e inmunológico, así como trastornos metabólicos y ciertos tipos de cáncer, cada uno de los cuales puede afectar negativamente la relación entre el huésped y la microbiota hasta la aparición de disbiosis. Por otro lado, los factores del estilo de vida, incluido el ejercicio físico regular y una dieta saludable, pueden afectar positivamente el músculo esquelético y el envejecimiento inmunológico en todas las edades. En consecuencia, los beneficios para la salud podrían depender en parte del efecto de tales intervenciones que influyen en la biodiversidad y la funcionalidad de la microbiota intestinal.

En la revisión efectuada, primero se discuten los efectos fisiológicos del envejecimiento en la microbiota intestinal, el sistema inmunológico y el músculo esquelético. En segundo lugar, describen la evidencia epidemiológica humana sobre las asociaciones entre la actividad física y la aptitud física y la composición de la microbiota intestinal en adultos mayores. La tercera parte destaca la relevancia y los mecanismos restaurativos de la protección inmune a través de la actividad física y las intervenciones específicas de ejercicio durante el envejecimiento. Cuarto, presentan importantes hallazgos de investigación sobre los efectos del ejercicio y las proteínas, así como otros nutrientes en el rendimiento del músculo esquelético en adultos mayores. Finalmente, proporcionan recomendaciones nutricionales para prevenir la desnutrición y apoyar el envejecimiento activo saludable con un enfoque en la microbiota intestinal.

Las principales preocupaciones relacionadas con la nutrición incluyen la necesidad de una ingesta adecuada de energía y proteínas para prevenir la baja masa muscular y una mayor demanda de nutrientes específicos (por ejemplo, fibra dietética, polifenoles y ácidos grasos polinsaturados) que pueden modificar la composición, la diversidad y la capacidad metabólica de la microbiota intestinal y, por lo tanto, pueden proporcionar un medio práctico para mejorar la función inmune intestinal y sistémica.

De entre los aspectos más ilustrativos del artículo he entresacado los siguientes:

  1. La microbiota intestinal está implicada en la aparición de varias enfermedades y síndromes crónicos relacionados con la edad: por ejemplo, la aparición y progresión de enfermedades neurodegenerativas, incluidas la demencia y la enfermedad de Parkinson, o la atrofia muscular relacionada con la sarcopenia (pérdida de fibras musculares). La alimentación apropiada y un ejercicio físico suficiente mejoran la calidad de la biodiversidad y calidad de nuestra microbiota intestinal.
  2. Ciertos factores específicos del estilo de vida, como la obesidad o la inactividad física, pueden conducir a un envejecimiento inmunológico, que puede favorecer numerosas enfermedades crónicas de base inflamatoria-autoinmune, o metabólica (resistencia a la insulina, arterioesclerosis, etc).
  3. Los adultos mayores físicamente muy activos retrasan significativamente la acumulación de grasa corporal y la pérdida de masa magra en la vejez, frenando el progreso de la sarcopenia muscular, inflamación sistémica de bajo grado, la disfunción mitocondrial y senescencia celular, y el deterioro de la regeneración debido a la reducción de la función de las células madre.
  4. Los estudios clínicos han demostrado que la combinación de ejercicio de fuerza y ​​dietas con suficientes proteínas (incluso suplementadas) y vitamina D es una estrategia eficaz para prevenir la sarcopenia y mejorar el funcionamiento físico de los adultos mayores. La evidencia sugiere beneficios de la mayor ingesta de proteínas en la dieta sobre la preservación de la masa muscular y la salud del hueso, atenuando así el riesgo de sarcopenia y pérdida ósea.










Tópico a desmontar: el colesterol dietético aumenta el colesterol en sangre

Hace años, se afirmaba la relación entre el consumo de alimentos altos en colesterol y el medido en sangre, alertando sobre sus efectos card...