Vivir más tiempo se asocia con un mayor riesgo de enfermedades crónicas, incluidas las deficiencias del sistema musculoesquelético e inmunológico, así como trastornos metabólicos y ciertos tipos de cáncer, cada uno de los cuales puede afectar negativamente la relación entre el huésped y la microbiota hasta la aparición de disbiosis. Por otro lado, los factores del estilo de vida, incluido el ejercicio físico regular y una dieta saludable, pueden afectar positivamente el músculo esquelético y el envejecimiento inmunológico en todas las edades. En consecuencia, los beneficios para la salud podrían depender en parte del efecto de tales intervenciones que influyen en la biodiversidad y la funcionalidad de la microbiota intestinal.
En la revisión efectuada, primero se discuten los efectos fisiológicos del envejecimiento en la microbiota intestinal, el sistema inmunológico y el músculo esquelético. En segundo lugar, describen la evidencia epidemiológica humana sobre las asociaciones entre la actividad física y la aptitud física y la composición de la microbiota intestinal en adultos mayores. La tercera parte destaca la relevancia y los mecanismos restaurativos de la protección inmune a través de la actividad física y las intervenciones específicas de ejercicio durante el envejecimiento. Cuarto, presentan importantes hallazgos de investigación sobre los efectos del ejercicio y las proteínas, así como otros nutrientes en el rendimiento del músculo esquelético en adultos mayores. Finalmente, proporcionan recomendaciones nutricionales para prevenir la desnutrición y apoyar el envejecimiento activo saludable con un enfoque en la microbiota intestinal.
Las principales preocupaciones relacionadas con la nutrición incluyen la necesidad de una ingesta adecuada de energía y proteínas para prevenir la baja masa muscular y una mayor demanda de nutrientes específicos (por ejemplo, fibra dietética, polifenoles y ácidos grasos polinsaturados) que pueden modificar la composición, la diversidad y la capacidad metabólica de la microbiota intestinal y, por lo tanto, pueden proporcionar un medio práctico para mejorar la función inmune intestinal y sistémica.
De entre los aspectos más ilustrativos del artículo he entresacado los siguientes:
- La microbiota intestinal está implicada en la aparición de varias enfermedades y síndromes crónicos relacionados con la edad: por ejemplo, la aparición y progresión de enfermedades neurodegenerativas, incluidas la demencia y la enfermedad de Parkinson, o la atrofia muscular relacionada con la sarcopenia (pérdida de fibras musculares). La alimentación apropiada y un ejercicio físico suficiente mejoran la calidad de la biodiversidad y calidad de nuestra microbiota intestinal.
- Ciertos factores específicos del estilo de vida, como la obesidad o la inactividad física, pueden conducir a un envejecimiento inmunológico, que puede favorecer numerosas enfermedades crónicas de base inflamatoria-autoinmune, o metabólica (resistencia a la insulina, arterioesclerosis, etc).
- Los adultos mayores físicamente muy activos retrasan significativamente la acumulación de grasa corporal y la pérdida de masa magra en la vejez, frenando el progreso de la sarcopenia muscular, inflamación sistémica de bajo grado, la disfunción mitocondrial y senescencia celular, y el deterioro de la regeneración debido a la reducción de la función de las células madre.
- Los estudios clínicos han demostrado que la combinación de ejercicio de fuerza y dietas con suficientes proteínas (incluso suplementadas) y vitamina D es una estrategia eficaz para prevenir la sarcopenia y mejorar el funcionamiento físico de los adultos mayores. La evidencia sugiere beneficios de la mayor ingesta de proteínas en la dieta sobre la preservación de la masa muscular y la salud del hueso, atenuando así el riesgo de sarcopenia y pérdida ósea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario