Desarrollaron un metanálisis (de 122 estudios previos) para sintetizar la evidencia sobre la eficacia y la seguridad del ejercicio físico como una intervención terapéutica adicional para la calidad de vida, los síntomas depresivos y la cognición en seis trastornos cerebrales crónicos: enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Huntington, esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson, esquizofrenia y depresión unipolar. El ejercicio fue superior al tratamiento habitual en la mejora de la calidad de vida, los síntomas depresivos, los dominios cognitivos de atención y memoria de trabajo, el funcionamiento ejecutivo, memoria, y velocidad psicomotora. La metarregresión realizada mostró un efecto dosis-respuesta para el tiempo de ejercicio (min/semana) sobre los síntomas depresivos. Además, el 69% de los estudios que informaron sobre la seguridad de la terapia de ejercicio, no encontraron complicaciones.
En definitiva, el ejercicio físico es una intervención terapéutica, adicional a los tratamientos médicos, eficaz y segura, que muestra un efecto de tamaño mediano sobre la calidad de vida y un gran efecto sobre el estado de ánimo en pacientes con trastornos cerebrales crónicos, con una correlación dosis-respuesta positiva. El ejercicio también mejoró otros dominios cognitivos, con efectos pequeños pero significativos.