martes, 22 de febrero de 2022

Infografía sobre vitamina D y evolución humana

La presente infografía pretende comparar, de forma teórica e hipotética, dos individuos con diferentes condicionantes para los niveles de vitamina D en su organismo, durante la fase invernal.
El primer individuo vive en la Prehistoria, un amplio periodo, anterior al advenimiento de la escritura, unos 3500 años antes de nuestra era. Es un sujeto mayor, por lo que, en contra de unos niveles de vitamina D adecuados, se halla el fotoenvejecimiento cutáneo, es decir, la menor capacidad de la piel de sintetizar vit. D3 a través de la exposición solar. También juega en contra quizás el menor consumo de lácteos, pescado azul y huevos, aunque aquí podríamos argumentar que es importante la época concreta de la Prehistoria a la que nos refiramos. En el Paleolítico probablemente los alimentos que contienen vitamina D, anteriormente citados, son escasos en la alimentación diaria, siendo que dichos homo sapiens ancestrales, eran fundamentalmente cazadores-recolectores. Sin embargo, en el Neolítico, se mejoran las técnicas pesqueras, y sobre todo, con el desarrollo de la ganadería, aumentan los insumos de huevos y lácteos. De todas formas, dichos alimentos sólo generan el 10% del total de la vitamina D en el organismo. Pero ya sea paleolítico o neolítico, el sapiens se encuentra la mayor parte del día pululando fuera de su cueva, o de su choza...
El segundo individuo, el humano moderno, en general, tiene un acceso mayor a los alimentos fuente de vitamina D; además, es joven, por lo que su piel, sintetiza de forma más eficiente dicha vitamina a través de la exposición solar. Sin embargo, y a mi juicio, como mayor factor en contra, presenta unos usos y costumbres muy particulares durante el invierno, que lo contraponen al individuo prehistórico. Desde hace cientos de años, vive y trabaja en construcciones cerradas, permaneciendo enclaustrado de forma sedentaria la mayor parte del día. Va muy abrigado, le molesta mucho el frío, y se expone poco a los rayos del astro rey. Es verdad que en verano, a veces, se tumba largas horas en la arena de la playa, lo cual puede resultar incluso peligroso para su piel. Pero a partir del otoño, apenas sale al exterior, aprovechando muy poco las escasas horas de radiación solar, quizás algún fin de semana esporádicamente para hacer una barbacoa con la familia.

domingo, 13 de febrero de 2022

Resumen de las recomendaciones nutricionales para personas con osteoporosis de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición

La osteoporosis es una enfermedad esquelética en la que se produce una disminución de la densidad de masa ósea. Los huesos se vuelven más porosos, más frágiles, resisten peor los golpes y se rompen con mayor facilidad. La osteoporosis se denomina epidemia silenciosa porque no manifiesta síntomas hasta que la pérdida de hueso es tan importante como para que aparezcan fracturas. Esta enfermedad afecta principalmente a mujeres después de la menopausia: en concreto, en España, aproximadamente 2 millones de mujeres padecen osteoporosis, con una prevalencia en la población postmenopáusica del 25% (1 de cada 4). Se estima que esta enfermedad es la causante de unas 25.000 fracturas cada año. 

Entre los factores predisponentes a la osteoporosis se encuentran algunos que no son modificables como la edad y el sexo, pero otros sí serían susceptibles de modificación, como los cambios en estilo de vida: la adecuada actividad física, la dieta equilibrada y de calidad y el abandono de los hábitos tóxicos.

Hace menos de 1 año se publicaron las Recomendaciones nutricionales para personas con osteoporosis de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) (https://www.seen.es/portal/recomendaciones-dieteticas/predeterminada/recomendaciones-personas-osteoporosis). Entre ellas se podrían destacar las siguientes:

  • Los requerimientos de calcio varían con la edad del individuo. En el adulto se recomienda un consumo de calcio de 1.000-1.200 mg/día. La fuente nutricional de calcio por excelencia son los lácteos, pero existen otros alimentos que portan dicho micronutriente mineral: legumbres, frutos secos, semillas, verduras y hortalizas, aunque su contenido en fitatos y oxalatos podría disminuir algo su biodisponibilidad.
  • Las principales fuentes nutricionales naturales de vitamina D3 son el pescado graso, moluscos, crustáceos, huevos (la yema), derivados lácteos, el hígado y otras vísceras. También se puede obtener vitamina D a partir de ciertas setas, de interés en el veganismo. Desgraciadamente el 90% de la Vitamina D3 se produce por exposición solar, siendo sólo el 10% restante por ingestión alimenticia; es la razón por la que es tan frecuente la insuficiencia de esta importante vitamina en los meses invernales...
  • El magnesio también mejora la calidad del hueso y favorece la formación ósea. Se recomienda la ingesta de 150-300 mg/día. Su deficiencia es rara en poblaciones bien nutridas, pero la absorción disminuye con la edad y los individuos mayores pueden estar en riesgo de deficiencia particularmente en respuesta a diuréticos o terapias laxantes. Las fuentes principales incluyen frutos secos, legumbres, lácteos, huevos, espinacas, remolacha, alcachofas, plátanos, patatas y cacao.
  • También es importante el consumo de proteínas, lo cual le proporciona al cuerpo una fuente de aminoácidos esenciales necesarios para el desarrollo del hueso. La ingesta adecuada de proteínas es particularmente importante para las personas mayores con osteoporosis ya que son más vulnerables a la sarcopenia y la fragilidad, contribuyendo a un mayor riesgo de caídas. Sin embargo, abusar de su consumo puede ser contraproducente para el hueso, como en el caso de las dietas “hiperproteicas” (más de 1,5g proteína/kg peso/día) ya que aumentan la eliminación del calcio en la orina. 
  • Por último, cabe destacar también el papel en la salud ósea de lo ácidos grasos omega-3 (ejercen un efecto positivo en el hueso sobre el remodelado óseo), la vitamina K (factor esencial en la activación de proteínas óseas, como la osteocalcina), la vitamina C (interviene en la formación del colágeno, su déficit favorece la disminución de la matriz ósea, así como el retraso en la consolidación de fracturas).
  • En otras recomendaciones podríamos añadir la de evitar el exceso de sal, cafeína (por encima de 3 tazas/día), abuso del alcohol (y tabaco!), y mantenerse en un peso saludable, que contribuye no sólo a un hueso de calidad, sino a disminuir el riesgo de caídas. 
  • Para descargar la guía completa de la SEEN: https://onx.la/17756

    miércoles, 9 de febrero de 2022

    Enfermedades reumáticas autoinmunes sistémicas y ejercicio físico

    Las enfermedades reumáticas autoinmunes sistémicas (ERAS) son un grupo de enfermedades poco conocidas, relativamente frecuentes en su conjunto, afectando a varios cientos de miles de personas en España. Quizás se conozca el nombre de alguna de ellas, como el lupus (eritematoso sistémico), pero no suelen reconocerse otras como el síndrome seco de Sjögren, la esclerosis sistémica, la dermatopolimiositis, las vasculitis sistémicas, y un largo etcétera de otras patologías. Presentan un denominador común: la autoagresión del propio sistema inmune (autoinmunes), que deja reconocer a los propios tejidos, produciendo graves fenómenos inflamatorios, con el consiguiente deterioro progresivo del organismo; ello puede conllevar importantes limitaciones funcionales, pérdida de la calidad de vida, e incluso en las formas más agresivas, a una pérdida de años de vida. La palabra “sistémicas” indica que puede implicar a múltiples sistemas corporales (musculoesquelético, respiratorio, cardiovascular, nervioso…), o a órganos como la piel, los riñones, el corazón, los pulmones, etc.

    Aunque hoy día existen variados tratamientos farmacológicos (antinflamatorios, inmunosupresores, biológicos, etc), la Sociedad Española de Reumatología, gracias a su programa Reumafit, vuelve a apostar por subrayar la necesidad de estilos de vida saludable en aras del mejor control de las ERAS. Así, parafraseando el contenido del programa, "el ejercicio es una auténtica vacuna": se ha demostrado que el ejercicio puede ser eficaz tanto en el tratamiento como en la prevención de este tipo de enfermedades, así como en la prevención de algunos de los efectos secundarios provocados por los tratamientos farmacológicos utilizados. Para descargar la guía de ejercicio para las ERAS, accede al siguiente enlace, donde podrás encontrar la guía completa, con aspectos generales, y consejos específicos para cada patología.

    Tópico a desmontar: el colesterol dietético aumenta el colesterol en sangre

    Hace años, se afirmaba la relación entre el consumo de alimentos altos en colesterol y el medido en sangre, alertando sobre sus efectos card...