Un estudio poblacional transversal publicado hace unos meses en la revista americana Preventive medicine reports (enlace), analiza el impacto del ejercicio vigoroso, de fuerza, varias veces por semana en la calidad del sueño de más de 20.000 adultos alemanes. Ajusta otras variables que pudieran sesgar los resultados, por ser posibles factores de confusión (por ejemplo, edad, sexo, estado socioeconómico, salud autoevaluada, tabaquismo, alcohol, actividad física aeróbica). A destacar que hasta un 58,3% de la muestra no realizaba ningún ejercicio de fortalecimiento muscular en su hábito de ejercicio diario. Entre sus principales resultados se encuentra el que cualquier ejercicio de fortalecimiento muscular se asoció con una prevalencia reducida de sueño de calidad "deficiente-pobre" o "muy pobre". Expresado de otra manera, se puede decir que las personas que realizan una actividad física más intensa, de fuerza, duermen más y mejor.
Adicionalmente se puede subrayar que estudios de investigación anteriores habían demostrado que el ejercicio de fortalecimiento muscular mejora los resultados cardiometabólicos: por ejemplo, mejora del metabolismo de la glucosa-lípidos, sensibilidad a la insulina y presión arterial (Ashton et al., 2018), mentales, con reducción de los síntomas de ansiedad/depresión (Gordon et al., 2018, Gordon et al., 2017), y resultados funcionales relacionados con la salud: mejora en movilidad / fuerza muscular (Liu, 2009).