jueves, 7 de julio de 2022

El ejercicio físico mejora la vida sexual

La salud sexual y reproductiva, incluyendo parámetros como vigor y deseo relacionados con el sexo, está directamente relacionada con la alimentación, los hábitos de vida saludable (evitamiento de alcohol y tabaco), así como el control del estrés crónico. A mayores, el ejercicio físico también influye favorablemente sobre dicha salud sexual.

En mujeres, un estudio tipo revisión sistemática (https://www.mdpi.com/1660-4601/17/8/2680/htm), de origen español (andaluz), de más de 1700 artículos, y que finalmente analizó 11 estudios prospectivos (incluidos 8 ensayos controlados aleatorizados), estudió los efectos del ejercicio físico sobre la función sexual y la calidad de la vida sexual, en mujeres peri y posmenopáusicas, así como su impacto en los síntomas de la menopausia. Los programas de entrenamiento más comúnmente recomendados se basan en el ejercicio de los músculos del suelo pélvico, ya que parecen tener el mayor impacto en la función sexual; también parecen mejorar, según diversos estudios, los ejercicios mente-cuerpo (tipo yoga). Sin embargo, en lo que respecta a los programas más tradicionales, los ejercicios aeróbicos mostraron resultados inconsistentes y el entrenamiento de resistencia no pareció transmitir ningún beneficio; no se analizaron ejercicios de fuerza. En sus conclusiones, apuntan a que se necesitan más estudios sobre este tema, para dilucidar si el ejercicio puede mejorar los síntomas perimenopáusicos, así como la disfunción y calidad de vida sexual. Ello permitirá establecer estrategias para prevenir una merma de la actividad sexual en las mujeres a partir del periodo climatérico.

En hombres, otra revisión sistemática de origen escandinavo (https://www.smoa.jsexmed.org/article/S2050-1161(18)30029-1/fulltext), publicada en la revista Sexual Medicine, estimó los niveles de actividad física necesarios para disminuir la disfunción eréctil en hombres sedentarios, así como la relacionada con otros parámetros como obesidad, hipertensión, síndrome metabólico y/o enfermedades cardiovasculares. Finalmente, eligieron 10 artículos para la revisión. Concluyeron que las recomendaciones de ejercicio para disminuir la disfunción eréctil (incapacidad de alcanzar o mantener una erección peneana de calidad suficiente para permitir una actividad sexual satisfactoria) deben incluir un entrenamiento, preferiblemente supervisado, que consista en más de 40 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad moderada a vigorosa, al menos 4 veces por semana. En general, dicho ejercicio desarrollado durante más de 6 meses contribuye a disminuir los problemas de erección en los hombres con disfunción eréctil causada por la inactividad física, y resto de factores analizados. Importante remarcar que la disfunción eréctil tiene un impacto negativo en la calidad de vida y el bienestar, y se asocia además con la ansiedad y la depresión.

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