Con los años, la degeneración macular senil es una de las causas más comunes de ceguera. Ensayos efectuados por investigadores de EE. UU. han mostrado que los ratones que realizaban ejercicio físico podían retrasar la progresión de la enfermedad. Este estudio se ha publicado en la revista Journal of Neuroscience.
Científicos de la Universidad de Emory (Atlanta, EE: UU.) hicieron que un grupo de ratones corriera en una rueda una hora al día durante dos semanas. A continuación, se les expuso a estímulos que provocaban degeneración de la retina y, posteriormente, se les tuvo dos semanas más realizando ejercicio.
En comparación con los ratones inactivos del grupo de control, en el ensayo se observó que los ratones activos perdieron solo la mitad de las células fotorreceptoras. Además, sus células retinianas eran más sensibles a la luz y tenían más proteína BDNF (factor neurótrófico derivado del cerebro), de la que ya se había observado una correlación con los efectos beneficiosos del ejercicio en estudios anteriores. Se demostró que si se bloqueaban los receptores de BDNF en los animales activos, la función retiniana era tan deficiente como la de los ratones inactivos.
«Esta es la primera vez que se observa que el ejercicio tiene un efecto directo en la visión y en la salud de la retina», afirmó la autora del estudio Machelle Pardue. Las personas con riesgo de padecer degeneración macular o que tengan los primeros síntomas pueden de este modo retardar la progresión de la enfermedad.
Científicos de la Universidad de Emory (Atlanta, EE: UU.) hicieron que un grupo de ratones corriera en una rueda una hora al día durante dos semanas. A continuación, se les expuso a estímulos que provocaban degeneración de la retina y, posteriormente, se les tuvo dos semanas más realizando ejercicio.
En comparación con los ratones inactivos del grupo de control, en el ensayo se observó que los ratones activos perdieron solo la mitad de las células fotorreceptoras. Además, sus células retinianas eran más sensibles a la luz y tenían más proteína BDNF (factor neurótrófico derivado del cerebro), de la que ya se había observado una correlación con los efectos beneficiosos del ejercicio en estudios anteriores. Se demostró que si se bloqueaban los receptores de BDNF en los animales activos, la función retiniana era tan deficiente como la de los ratones inactivos.
«Esta es la primera vez que se observa que el ejercicio tiene un efecto directo en la visión y en la salud de la retina», afirmó la autora del estudio Machelle Pardue. Las personas con riesgo de padecer degeneración macular o que tengan los primeros síntomas pueden de este modo retardar la progresión de la enfermedad.
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