Son múltiples los beneficios para la salud de la práctica de las distintas versiones de la meditación, incluyendo el Mindfulness:
- Disminuye los niveles de depresión y ansiedad. Diferentes estudios de neuroimagen (resonancia magnética funcional) confirman que la práctica de la meditación a largo plazo disminuye la cantidad de materia gris en algunas partes de la amígdala cerebral, parte del cerebro relacionada con el miedo y el estrés.
- Mejora el sueño, interviniendo en la regulación de sus complicados mecanismos. Produce una modificación de las ondas cerebrales, que implican un sueño más profundo y de mejor calidad.
- Ayuda a las personas a tolerar mejor el dolor. Con la meditación aumenta la secreción de endorfinas, que son neurotransmisores implicados en la mejora de la percepción dolorosa. Así, la meditación sería útil en distintas patologías de dolor crónico: fibromialgia, artrosis, artritis, dolores de cuello y espalda, etc.
- Mejoría en general de todos los procesos relacionados con órganos internos controlados por el sistema nervioso vegetativo: gastrointestinal, genitourinario, respiratorio (la respiración diafragmática o abdominal se hace más eficiente), metabólico, etc.
- Al hilo de lo anterior, ayuda a controlar la presión arterial, con lo que colabora en la disminución del riesgo de padecer infartos de miocardio, y accidentes cerebrovasculares.
- Mejora el sistema inmune, con lo que contribuiría a la prevención de las distintas enfermedades infecciosas.
- Aunque no está totalmente demostrado, algunos estudios sugieren su posible intervención en la prevención del cáncer y mecanismos implicados en el envejecimiento. Los telómeros son los extremos de los cromosomas, con material genético: se ha comprobado que su acortamiento está relacionado con cáncer y envejecimiento.
- Puede combatir trastornos alimentarios, así como ayudar a evitar el consumo de drogas, tabaco y alcohol.