El ejercicio puede ser tan crucial para la buena salud de un paciente con depresión como encontrar un antidepresivo eficaz. Un nuevo estudio, publicado en JAMA Psychiatr, de casi 18.000 participantes, ha hallado que aquellos pacientes con una buena condición física en la mediana edad tenían significativamente menos probabilidades de morir a causa de una enfermedad cardíaca en etapas posteriores de la vida, incluso, si se les diagnosticaba depresión.
La investigación, una colaboración entre UT Southwestern y The Cooper Institute, en Estados Unidos, subraya las múltiples formas en que la depresión puede afectar a la salud y la mortalidad. También resalta la importancia de superar un dilema común entre los pacientes: ¿Cómo se puede lidiar con la desesperanza y aún encontrar la motivación para hacer ejercicio?
"Mantener una dosis saludable de ejercicio es difícil, pero se puede hacer. Solo requiere más esfuerzo y abordar barreras únicas para el ejercicio de manera regular", dice el coautor Madhukar Trivedi.
Trivedi cita investigaciones previas que muestran que los pacientes deprimidos a menudo pueden realizar aproximadamente tres cuartas partes del ejercicio que se les pide que realicen. Este experto recomienda que los pacientes tomen varios pasos para aumentar sus posibilidades de éxito.
Entre otras cuestiones, plantear reservar un tiempo constante para hacer ejercicio todos los días, pero no desanimarse por los periodos de inactividad. Sin embargo, aconseja reanudar las actividades tan pronto como sea posible. Además, cree necesario mantener un registro para seguir el progreso; variar los ejercicios para evitar la monotonía y seguir un entrenamiento interesante y divertido, preferiblemente ejercitándose con un amigo. Es mejor contar con alguien que responsabilice al paciente de mantener el régimen de ejercicios.
El estudio, publicado en JAMA Psychiatry, utilizó una base de datos del Instituto Cooper de participantes que tenían su capacidad cardiorrespiratoria medida a una edad promedio de 50 años. Los científicos utilizaron los datos administrativos de Medicare para establecer correlaciones entre la condición física de los participantes en la mediana edad a tasas de depresión y enfermedad cardiaca en la vejez. Entre los hallazgos, los participantes con una buena forma física tuvieron 56% menos probabilidades de morir por una enfermedad cardiaca tras un diagnóstico de depresión.
Trivedi señala que los hallazgos son igual de relevantes para los grupos de menor edad, en particular los adultos en edad universitaria que acaban de entrar en el mercado laboral. "Esta es la edad en la que generalmente vemos que la actividad física disminuye porque no están involucrados en actividades escolares y deportes -dice Trivedi-. Cuanto antes mantengas la forma física, mayores serán las probabilidades de prevenir la depresión, lo que a la larga ayudará a reducir el riesgo de enfermedad cardiaca".
La depresión se ha relacionado con otras afecciones médicas crónicas como la diabetes, la obesidad y la enfermedad renal crónica, que según los estudios demuestran que los antidepresivos pueden ayudar. Para los pacientes con estas afecciones, el tratamiento más apropiado puede ser el ejercicio.
Para Trivedi, las razones detrás de esto pueden estar relacionadas en parte, con los efectos generales de la actividad física sobre la salud, incluido el hecho de que el ejercicio disminuye la inflamación que puede causar depresión. Al reducir la inflamación, caen los riesgos de depresión y enfermedad cardíaca.
En otro estudio de este mismo autor, se demuestra la mejoría en las variables cognitivas asociadas a la depresión mayor, cuando los participantes realizaban ejercicio.
La investigación, una colaboración entre UT Southwestern y The Cooper Institute, en Estados Unidos, subraya las múltiples formas en que la depresión puede afectar a la salud y la mortalidad. También resalta la importancia de superar un dilema común entre los pacientes: ¿Cómo se puede lidiar con la desesperanza y aún encontrar la motivación para hacer ejercicio?
"Mantener una dosis saludable de ejercicio es difícil, pero se puede hacer. Solo requiere más esfuerzo y abordar barreras únicas para el ejercicio de manera regular", dice el coautor Madhukar Trivedi.
Trivedi cita investigaciones previas que muestran que los pacientes deprimidos a menudo pueden realizar aproximadamente tres cuartas partes del ejercicio que se les pide que realicen. Este experto recomienda que los pacientes tomen varios pasos para aumentar sus posibilidades de éxito.
Entre otras cuestiones, plantear reservar un tiempo constante para hacer ejercicio todos los días, pero no desanimarse por los periodos de inactividad. Sin embargo, aconseja reanudar las actividades tan pronto como sea posible. Además, cree necesario mantener un registro para seguir el progreso; variar los ejercicios para evitar la monotonía y seguir un entrenamiento interesante y divertido, preferiblemente ejercitándose con un amigo. Es mejor contar con alguien que responsabilice al paciente de mantener el régimen de ejercicios.
El estudio, publicado en JAMA Psychiatry, utilizó una base de datos del Instituto Cooper de participantes que tenían su capacidad cardiorrespiratoria medida a una edad promedio de 50 años. Los científicos utilizaron los datos administrativos de Medicare para establecer correlaciones entre la condición física de los participantes en la mediana edad a tasas de depresión y enfermedad cardiaca en la vejez. Entre los hallazgos, los participantes con una buena forma física tuvieron 56% menos probabilidades de morir por una enfermedad cardiaca tras un diagnóstico de depresión.
Trivedi señala que los hallazgos son igual de relevantes para los grupos de menor edad, en particular los adultos en edad universitaria que acaban de entrar en el mercado laboral. "Esta es la edad en la que generalmente vemos que la actividad física disminuye porque no están involucrados en actividades escolares y deportes -dice Trivedi-. Cuanto antes mantengas la forma física, mayores serán las probabilidades de prevenir la depresión, lo que a la larga ayudará a reducir el riesgo de enfermedad cardiaca".
La depresión se ha relacionado con otras afecciones médicas crónicas como la diabetes, la obesidad y la enfermedad renal crónica, que según los estudios demuestran que los antidepresivos pueden ayudar. Para los pacientes con estas afecciones, el tratamiento más apropiado puede ser el ejercicio.
Para Trivedi, las razones detrás de esto pueden estar relacionadas en parte, con los efectos generales de la actividad física sobre la salud, incluido el hecho de que el ejercicio disminuye la inflamación que puede causar depresión. Al reducir la inflamación, caen los riesgos de depresión y enfermedad cardíaca.
En otro estudio de este mismo autor, se demuestra la mejoría en las variables cognitivas asociadas a la depresión mayor, cuando los participantes realizaban ejercicio.
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