La pérdida aguda de sueño disminuye la síntesis de proteínas que repara la lesión muscular.
La cantidad y calidad del sueño desempeñan un papel importante en el rendimiento físico y la prevención de lesiones, en la capacidad de aprendizaje, el estado anímico y la motivación del deportista, conceptos esenciales en largos periodos de entrenamiento y competiciones, según ha destacado la directora de la Unidad del Sueño de Hospitales Lavinia Asisa, Paula Giménez.
"Se ha asociado la pérdida aguda de sueño a una reducción de la recuperación muscular tras una lesión, al disminuir la síntesis de proteínas que repara la lesión muscular"
Por este motivo, es aconsejable que los atletas duerman de 9 a 10 horas ya que, la pérdida aguda o crónica de sueño se ha asociado a lesiones deportivas definiéndose el término 'fatigue-related injuries' que se relaciona con dormir seis horas o menos antes de la lesión.
La pérdida de sueño aumenta el riesgo de lesiones por sobreestiramiento, pudiendo asociarse al descenso del control postural y propioceptivo y a una reducción de la concentración, la atención y el tiempo de reacción observados tras la pérdida aguda de sueño.
La especialista ha afirmado que el sueño se organiza en ciclos de 90 minutos aproximadamente, en los que alternan las fases de sueño no REM y el sueño REM.
"En los primeros ciclos predomina el sueño de ondas lentas, mientras que al final de la noche lo hace el sueño REM. Al sueño no REM se le atribuyen funciones de conservación de la energía y recuperación del sistema nervioso, la secreción de la hormona de crecimiento, durante la fase III, es fundamental para la regeneración tisular. Esta fase del sueño es un estímulo para determinadas hormonas anabólicas que aumentan la síntesis de proteínas y movilizan los ácidos grasos libres para suministrar energía, evitando así el catabolismo de aminoácidos", ha explicado.
"Este proceso es particularmente interesante en la población deportista, que requiere altas tasas de reparación del daño muscular. Mejoras en las destrezas motoras se asocian con la fase II de sueño no REM y la densidad de la expresión de los husos de sueño o Spindles. El sueño REM está implicado en funciones cognitivas, aprendizaje, consolidación de la memoria y regulación emocional, funciones importantes en atletas", ha concluido.
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