Swinburn BA, Sacks G, Hall KD, et al. The global obesity pandemic: shaped by global drivers and local environments. The Lancet. 2011;378:804-14.
El aumento de la obesidad simultáneamente en casi todos los países parece deberse principalmente a los cambios en el sistema alimentario global que está produciendo una mayor cantidad de alimentos procesados y asequibles y comercializándolos con mayor eficacia. Este sobreconsumo pasivo de energía que da lugar a la obesidad es el resultado predecible de economías de mercado fundamentadas en el crecimiento basado en el consumo. Los factores determinantes del sistema alimentario global interaccionan con los factores ambientales locales para crear una amplia variación en la prevalencia de la obesidad entre las distintas poblaciones. En dichas poblaciones, las interacciones entre los factores ambientales e individuales, como la herencia genética, explican la variabilidad en el tamaño corporal entre diferentes individuos. Sin embargo, a pesar de esta variación individual, la epidemia muestra patrones predecibles en las subpoblaciones. En países de renta baja, la obesidad afecta principalmente a adultos de mediana edad (especialmente mujeres) procedentes de entornos urbanos de clase alta; mientras que en países de renta alta afecta a ambos sexos y a todas las edades, aunque es desproporcionadamente mayor en los grupos más desfavorecidos. A diferencia de otras importantes causas de mortalidad y discapacidad prevenibles, como el tabaquismo, las lesiones y las enfermedades infecciosas, no existen poblaciones ejemplares en las que la epidemia de la obesidad se haya podido controlar mediante iniciativas de salud pública. Esta ausencia aumenta la urgencia de acciones políticas destinadas a crear evidencias, con prioridad en la reducción de los factores determinantes del lado de la oferta.
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