sábado, 18 de agosto de 2018

El ejercicio físico previene y mejora los dolores de espalda

Un estudio científico realizado en más de 150 países y publicado en “The Lancet” ha demostrado que el dolor lumbar es la principal causa de discapacidad en todo el mundo. Las mujeres piden más asistencia por dolor lumbar que los hombres, y es más frecuente entre los 45 y 60 años. El principal factor de riesgo es el estado de la musculatura paravertebral y lumbopélvica; cuanto mejor sea, menor es el riesgo de padecer dolor y, sobre todo, menor la probabilidad de que se prolongue o repita.

El dolor lumbar afectará a un 80% de la población en algún momento de su vida, y el 99% de los que lo sufrirán padecerán 'síndromes mecánicos del raquis', en los que el dolor se origina en la espalda, y para evitarlo es recomendable realizar ejercicio físico, incluso durante los episodios de dolor, en la medida de lo posible, según el director médico de la Unidad de Espalda Kovacs-HLA Moncloa, Francisco Kovacs. "Para prevenir la aparición o la recurrencia del dolor ha demostrado ser efectivo mantener el mayor grado de actividad física, incluyendo el ejercicio o el deporte. Desde luego cuando no duele, pero también durante los episodios de dolor, en los que se ha comprobado que conviene evitar el reposo en cama o reducirlo cuanto sea posible, y mantener el mayor grado de actividad física que el dolor permita, evitando solo las actividades concretas que lo incrementen o desencadenen", ha explicado.

En el caso de que el dolor se deba a un síndrome inespecífico en el que la dolencia se origina en las partes blandas como músculos o ligamentos, no significa que algo esté roto o deformado, sino que no funciona bien. El Dr. Kovacs ha señalado que la "causa más frecuente es el mal funcionamiento de la musculatura o de los mecanismos que coordinan los grupos musculares que mantienen la espalda recta y nos permiten mantener el equilibrio al movernos".

"El 80% de los episodios dolorosos tienden a resolverse en menos de 14 días, pero si persisten más de 90 días se desencadenan otros mecanismos que pueden convertirlo en crónico y hacer que persista aunque desaparezca el motivo que inicialmente lo desencadenó", ha añadido.

Son 3 los consejos fundamentales que se pueden dar en relación al ejercicio para la prevención y tratamiento del dolor de espalda y cuello:
1.- El ejercicio ha de ser progresivo. De nada sirve realizar ejercicios vigorosos, que pueden incrementar el dolor y someter a la columna vertebral a un estrés biomecánico, con riesgo de incremento del dolor de base o la lesión subyacente. Mejor un ejercicio suave a diario, que sesiones intensas y descontroladas de ejercicios contraproducentes.
2.- No llegar al límite del dolor. Debemos conocer nuestros límites, y hacerle caso a nuestro cuerpo, Cargar mucho peso o hacer una posición extrema puede originar más dolor, que aunque leve, nos puede estar avisando de que nos estamos pasando, y existe por tanto mayor riesgo de agravamiento de la patología de base. Evitar posiciones extremas, así como ejercicios incorrectos, sería lo ideal.
3.- Debería ser adaptado y dirigido. Sobre todo si ya hay una enfermedad de base, tipo espondiloartrosis o lumbalgia crónica/ recidivante. Un adecuado seguimiento y dirección por parte de un fisioterapeuta o experto en actividad física puede disminuir los riesgos asociados e inherentes a la práctica del ejercicio. La sentadilla o el peso muerto pueden ser actividades interesantes, pero si se ejecutan mal probablemente acaben generando un mayor dolor, que puede durar semanas o meses.

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