
Interesante la revisión bibliográfica final del estudio sobre el tema de la inmunosenescencia.
Weyh C, Krüger K, Strasser B.
Physical Activity and Diet Shape the Immune System during Aging.Nutrients 2020, 12(3), 622.
Artículo completo (en inglés) en: https://www.mdpi.com/2072-6643/12/3/622/htm
Resumen: Con el aumento de la edad, el sistema inmunitario se somete a un proceso de remodelación, denominado inmunosenescencia, que se acompaña de cambios considerables en las subpoblaciones de leucocitos y una disminución en diversas funciones de las células inmunes. Clínicamente, la inmunosenescencia se caracteriza por una mayor susceptibilidad a las infecciones, una reactivación más frecuente de virus latentes, una menor eficacia de la vacuna y una mayor prevalencia de autoinmunidad y cáncer.
Fisiológicamente, el sistema inmune tiene algunas estrategias adaptativas para hacer frente al envejecimiento, mientras que en algunos entornos, las respuestas desadaptativas agravan la velocidad del envejecimiento y la morbilidad. Si bien la falta de actividad física, la disminución de la masa muscular y el mal estado nutricional facilitan la inmunosenescencia y la inflamación, los factores del estilo de vida, como el ejercicio y los hábitos alimenticios, afectan positivamente el envejecimiento inmune. Esta revisión discutirá la relevancia y los mecanismos de inmunoprotección a través de la actividad física y las intervenciones específicas de ejercicio.
En la segunda parte del estudio, nos centraremos en el efecto de las intervenciones dietéticas a través de la suplementación del aminoácido esencial triptófano, ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y probióticos (con un enfoque especial en la vía de la kinurenina).
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