Una amplia revisión sistemática, realizada por autores italianos, denominada
Nutrición, actividad física y suplementos dietéticos para prevenir la pérdida de densidad mineral ósea: una pirámide alimenticia, fue publicada en 2022 en la revista Nutrients (
https://www.mdpi.com/2072-6643/14/1/74). Repasa en profundidad aspectos relacionados con parámetros nutricionales y de ejercicio físico, y su impacto en la salud del sistema óseo. Según lo leído en dicha revisión, he querido centrarme en el análisis del elemento mineral calcio sobre la calidad y cantidad de la masa ósea, y su papel en la prevención de la osteoporosis.
Sólo algunos países del norte de Europa han demostrado tener una ingesta adecuada de calcio en su población, mientras que el resto del mundo está muy por debajo de la cantidad recomendada de 1000 mg/día aproximadamente: para contrarrestar el riesgo de fracturas por fragilidad, es bueno recomendar una ingesta adecuada de calcio en la dieta. En algunos sujetos, previa encuesta nutricional, el médico o dietista-nutricionista puede aconsejar su suplementación diaria, para alcanzar los requerimientos mínimos.
Los alimentos ricos en calcio, tradicionalmente recomendados en la dieta, son la leche de vaca (120 mg% --- ergo, 1200 mg de calcio por litro), el yogurt (125-150 mg%), y el queso añejo y semicurado. La ingesta de 200-250 ml de leche al día (y por tanto de una cantidad de calcio entre 240 y 300 mg) se asocia con una reducción del 5% o más del riesgo de fractura. Sin embargo, además de los lácteos, también hay que considerar otros alimentos ricos en calcio, como sardinas (613 mg%), anchoas (542 mg%), hierbas aromáticas secas (albahaca, 2110 mg%; tomillo, 1890 mg%; orégano, 1580 mg%, etc.), y frutos secos (avellanas, 150 mg%; nueces, 131 mg%), el pan (260 mg%), entre otros.
Pero también hay un elemento incluido en la dieta diaria, con cantidades nada despreciables de calcio, y que solemos olvidar: el agua. En ese sentido, el agua es también una excelente fuente de calcio, útil para alcanzar la cuota diaria recomendada, y contribuir al mantenimiento de la densidad mineral ósea (DMO), tal y como demuestra una revisión de Vannucci et al, en la revista Nutrients en 2018 (Ingesta de calcio en la salud ósea: un enfoque en las aguas minerales ricas en calcio: https://www.mdpi.com/2072-6643/10/12/1930). Dichos autores concluyeron que la biodisponibilidad del calcio de las aguas ricas en este mineral es equivalente o mejor que la del calcio contenido en la leche y derivados. La mayoría de los estudios también demuestran el efecto positivo de estas aguas tanto en biomarcadores óseos como en parámetros densitométricos. En particular, los estudios clínicos en mujeres posmenopáusicas han demostrado que una ingesta regular de agua rica en calcio contribuye significativamente al mantenimiento de la DMO vertebral en estas mujeres. Los autores finalizaron afirmando que el agua rica en calcio es una excelente fuente de este mineral, libre de calorías, altamente biodisponible, y que contribuye a alcanzar la ingesta diaria recomendada de este mineral. Suele recomendarse la ingesta de al menos 2 litros al día de agua mineral rica en calcio para evitar la pérdida de masa ósea.
En Almería en particular, la concentración de cal en el agua del grifo es elevada, lo cual la convierte en un tipo de agua muy dura. Esta calificación responde a que presenta una concentración de cal en el agua de más de 550 mg% de carbonato cálcico, de media. O sea, que consumiendo agua del grifo, a pesar de no ser óptimas sus propiedades organolépticas (sabor), podemos asegurarnos una buena ingesta del mineral cálcico. Las aguas embotelladas suelen tener una concentración mucho menor, calificada como mineralización débil, de en torno a 50-75 mg%.
Una última cuestión sobre el agua, embotellada o no, es la relacionada con la formación de cálculos renales ("piedras" en vías urinarias). Es importante proporcionar pautas dietéticas para ayudar a prevenir la pérdida ósea en sujetos que tienen tendencia a formar cálculos cálcicos en el sistema urinario. Una dieta basada en una ingesta adecuada de calcio (1000-1200 mg por día) y la contención de sal puede disminuir significativamente la sobresaturación urinaria de oxalato de calcio, y reducir el riesgo relativo de recurrencia de cálculos en los formadores de cálculos renales por exceso de eliminación renal (https://www.pagepressjournals.org/index.php/aiua/article/view/aiua.2015.2.105). La reducción moderada de calcio en la dieta puede disminuir la excreción urinaria de calcio, pero la restricción severa de calcio en la dieta causa hiperoxaluria (paradójicamente más cálculos) y una pérdida progresiva del componente mineral óseo. Probablemente en estas personas predispuestas a la formación de litiasis renales estaría aconsejada la utilización de aguas embotelladas, de mineralización débil.