lunes, 4 de marzo de 2019

Los ácidos grasos del aceite de oliva podrían ayudar a combatir el Alzheimer

En posts anteriores de este blog se ha tratado sobre los beneficios del aceite de oliva para la salud ósea y prevención de osteoporosis (vínculo-post 1) (vínculo-post 2), así como su utilidad en la prevención de la artritis reumatoide (vínculo-post 3), y notorios beneficios cardiovasculares (vínculo-post 4).
Otro motivo para consumirlo con asiduidad: recientemente un grupo de investigación dependiente del CSIC ha estudiado sus potenciales efectos positivos en la prevención de la enfermedad de Alzheimer, enfermedad neurodegenerativa que cursa con neuroinflamación, debida a la sobreactivación de un tipo de células del cerebro, la microglía, cuya principal función es la defensa de las neuronas de posibles agresiones externas. Así, según un estudio del Instituto de la Grasa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El ácido oleanólico, el alfa-tocoferol y el beta-sitosterol, compuestos bioactivos presentes en el aceite de orujo de oliva, son capaces de atenuar la activación de las células cerebrales de la microglía y, a través de esa atenuación, proteger frente al Alzheimer.

De forma paralela, hasta hace algunos años, estaba instaurada la creencia de que las partículas que transportan la grasa por el cuerpo, llamadas lipoproteínas, no podían llegar al cerebro por la barrera hematoencefálica, que protege al mismo de agresiones. Sin embargo, actualmente se sabe que "en determinadas condiciones, como estrés, infecciones o estados de tipo inflamatorio, las lipoproteínas sí pueden alcanzar el cerebro. De esta manera, los investigadores partían de la premisa de que si las lipoproteínas alcanzan el cerebro pueden interactuar con las células de la microglía y que si en la dieta se incluyen aceites saludables, como el de orujo de oliva, las partículas trasladarían compuestos saludables al cerebro aunque atravesaran la barrera hematoencefálica. La interacción con las células de la microglía no produce inflamación o queda anulada por completo; así una de las principales estrategias de prevención del Alzheimer es reducir la sobreactivación de este tipo celular.

Los científicos utilizaron para la investigación, que se ha desarrollado durante 18 meses, células de la microglía de ratones y observaron citoquinas, que son marcadores de inflamación neuronal. Está dividido en dos fases. En la primera, las células de la microglía se estimularon con lipoposacárido (LSP), mientras que en la segunda se estimularon con lipoproteínas ricas en triglicéridos (TRL). En concreto, con la estimulación con LSP, los compuestos bioactivos del aceite de orujo de oliva redujeron la activación de la inflamación en la microglía entre un 80 y un 95% en el caso de la citoquina IL-6; un 65% en el caso de la IL-1 beta y un 50% en la citoquina TNF-alfa. Por su parte, la estimulación con TRL redujo la activación de la inflamación en la microglía un 100% en la IL-1 beta y un 185% en la TNF-alfa. No sólo anuló la inflamación sino que se observó más poder de protección. La IL-6 no produjo resultados con interés estadístico.

El estudio supone un hito al demostrar una hipótesis de investigación inédita hasta el momento. Lo principal es que se ha constatado que el transporte de la grasa en la dieta puede contribuir a desarrollar la enfermedad. Por tanto, se pueden aprovechar estas lipoproteínas a modo de caballo de Troya para suministrar al cerebro compuestos con actividad anti-inflamatoria. El próximo paso de los investigadores será iniciar una serie de ensayos clínicos con personas sanas y no con pacientes de Alzheimer para ver si los resultados son replicables, ya que la investigación es muy incipiente todavía.

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